top of page

Los contratiempos de un aficionado

Actualizado: 22 ago 2020

Por Carlos Heredero. Fotos del autor.


A lo largo de la historia, la ciencia se ha desarrollado de una forma curiosa. La sociedad humana crece de una forma lógica, ó mejor dicho, natural. Todo lo que se recoge en el libro de la humanidad, ha ocurrido siempre por una interesante combinación de casualidad, intereses humanos, sucesos naturales, y hasta locuras. Pero en casi todas las historias de descubrimientos científicos, hay una constante que no podemos pasar por alto: la presencia de los llamados aficionados. ¿Ejemplos,…para qué? Busque algún caso donde un científico no haya tenido inclinación desde niño hacia aquello que lo hará famoso cuando adulto. Si lo logra encontrar, recuerde por favor que las excepciones existen.

En muchos de estos casos debemos tener en cuenta que la capacidad de pensar de forma progresista sobre un tema cualquiera no surge de momento, ni se forma en una escuela determinada, sino que generalmente se desarrolla con el individuo. Sería utópico pensar que un descubrimiento como la Teoría General de la Relatividad se le ocurriera a una persona de improviso; lo lógico sería esperar que esto fuera el resultado de años de crianza, educación y de reflexión acerca del asunto. Hay que aclarar que nunca se puede menospreciar el papel de la escuela, ó el de cualquier otro factor que, al fin y al cabo, siempre estarán presentes en la vida del hombre. Sobre lo que queremos llamar la atención es la característica de aquellos que sacrificando su tiempo libre y sus ingresos (y a veces mucho mas) desarrollan una actividad cualquiera. ¿Cuál es la característica fundamental de un aficionado? Su obsesión hacia lo que le gusta hacer. A algunos no les importa si le ocasiona el divorcio (caso conocido por mí) ó si al otro día de una noche de insomnio se va a caer dormido en su puesto de trabajo. No importa incluso el recibir una remuneración por su trabajo (cosa a la que aspira todo ser humano) puesto que su primer pago lo es la satisfacción de lograr lo que se propone. Una de las características del mismo lo es que en muchos casos la afición a un tema determinado nace en la infancia, y pregúntenle a los sicólogos la importancia que tiene desarrollar eso en los niños. Lamentablemente, no siempre le resulta posible al individuo avanzar y desarrollarse en lo que le gusta. En esta parte sí que nos van a sobrar ejemplos. Pero para estos casos, por suerte queda una vía abierta, el movimiento de aficionados.(1) ¿Cómo ser un aficionado a la astronomía? Lo primero es sentir atracción por el tema, si es que no la siente desde pequeño. (Aunque nunca es tarde si la dicha es buena, según dicen por ahí). Si usted dispone al menos del libro “Los Tesoros del Firmamento”, puede comenzar a estudiar el cielo a ojo desnudo y aprender los detalles fundamentales, las constelaciones, estrellas brillantes, etc. No se debe caer en el error común de menospreciar la observación a simple vista, pues hasta aquellos que trabajan en observatorios profesionales son seducidos por la belleza del negro infinito de una noche estrellada. Con la adquisición de algunos conocimientos vendrá el interés por profundizar en el tema, y para ello ya requerirá de otras cosas. Unos prismáticos pueden brindarle un panorama nuevo del firmamento, y aún mas si son de 50 aumentos (como los rusos que andan por ahí). Una tablilla para anotaciones, un cronómetro y un radio de onda corta (para ponerlo en hora por la WWV), o usar la hora del telefono celular, una linterna (con pilas y su respectivo bombillo, por supuesto) son elementos que nos pueden resultar bastante al alcance de la mano y nos permiten realizar un estudio mayor, como las lluvias de estrellas, las ocultaciones de astros por la Luna (que pueden ser reportados a organismos internacionales si tienen el rigor necesario) y otras. Si disponemos de una cámara fotográfica y un trípode (aunque este último sea inventado por nosotros) ya podemos hacer fotografías de meteoros, eclipses lunares, etc. Una grabadora de periodista nos puede ayudar y facilitar el trabajo en mucho. Y ya por último, el tan deseado TELESCOPIO, nos lleva a una nueva dimensión donde, si hemos aprendido todo lo anterior, hallaremos la real inmensidad del cosmos, y en dependencia de la potencia del mismo podremos observar nuevas maravillas. Ya podrá seguir los eventos de las lunas de Júpiter, realizar las ocultaciones de astros por la Luna con mayor confianza, ver los detalles del relieve lunar, desdoblar estrellas múltiples muy cercanas entre sí, etc. En este punto le comenzará a hacer falta un catálogo estelar. Recomendamos el app Sky Safari.

Otra de las herramientas que con el tiempo llega a ser imprescindible lo es la cámara fotográfica, que nos permitirá regalarnos y congelar en nuestro gabinete las tan anheladas imágenes de los astros preferidos (o al menos de aquellos a los que podamos tener acceso con nuestros instrumentos). Una camara con un setting de manual se comporta muy bien para los comienzos. El principal defecto que padecen lo es el no traer velocidades por debajo de 1/30 segundo, por lo que se nos restringe el tomar fotos de astros como la Luna con gran aumento. También disponer de una computadora y por supuesto, su respectivo software de astronomía les ayudará tremendamente (y también a sus amigos, si es un buen compañero). Dentro de los programas mas conocidos esta el Starfind I y II, el Skymap, el Redshift 2 y 3, y otros muchos que andan por ahí entre los aficionados. Para los que tengan aún mas posibilidades, ya pudieran ir pensando en los CCD, o sea, cámaras digitales que se acoplan al telescopio y a la computadora, que permiten realizar observaciones y fotografías planetarias en el peor de los casos, y en el mejor de ellos, trabajar con objetos del cielo profundo y búsqueda de asteroides y cometas.



¿Cómo obtener lo necesario? La mayoría del instrumental es asequible al promedio, de ahí que la astronomía es una ciencia perfectamente practicable en nuestras condiciones (contrario a lo que muchos piensan). Los telescopios son instrumentos de precisión, pero existe ya hace mucho tiempo la opción de ser construidos por el propio interesado. Manuales para tal fin existen. También en casi todas las publicaciones dirigidas a los aficionados aparecen artículos ó referencias a donde encontrarlos, tal es el caso de “Telescopios y Estrellas”, de la serie “La Ciencia desde México”. La otra opción es comprarlo. En cuanto a la bibliografía, hay mucha. Sólo necesita buscarla en Internet, donde abundan artículos. Por supuesto, las bibliotecas son también un buen sitio para localizar libros de astronomía, incluyendo los editados para los cursos de esta ciencia. El tiempo es el principal enemigo del aficionado a la astronomía, pues aquellos que trabajan ó estudian encuentran grandes dificultades para dedicar una noche a la observación. Esto solo depende de cada interesado y del interés que tenga en el tema. La otra parte la pone la naturaleza, y siempre que decida subir a su azotea, ó a la de su vecino, tenga en cuenta la posibilidad de que se le nuble el cielo 15 minutos antes de la hora precisa. Pero dejando estos inconvenientes atrás, siempre vale la pena. Finalmente, la experiencia se obtendrá con la práctica, y al fin llegará el momento en que podrá sentirse con la seguridad de poder decir: “Soy solo un aficionado, pero soy un astrónomo”

Notas: 1. Por favor, si usted detecta que su hijo se inclina hacia la astronomía, cómprele un telescopio. 2. Suba también con una capa de agua, por si acaso.

21 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page